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jueves, 8 de mayo de 2014

Autoevaluando mi competencia digital


Se nos pide en curso mooc de Educalab sobre Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) realizar un ejercicios de autoevaluación sobre nuestras competencias digitales de manera que seamos (más) conscientes de dónde nos encontramos en el conocimiento y uso de las TICs. En mi caso, unas reflexiones previas me ayudan a entender mejor donde me ubico.

Por una parte, y por obvio que resulte creo que es importante apuntarlo, para quienes tenemos ya cierta edad, la competencia digital la hemos tenido que ir adquiriendo con posterioridad a lo que de manera común entendemos por educación reglada (desde "parvulitos" hasta la universidad, en mi caso) de manera que no nos resulta complicado retrotraernos a una situación en la que lo digital era inexistente. Por ello tendemos a verlo como un "añadido" que, aunque es cierto que puede ayudarnos a mejorar muchos aspectos de nuestro trabajo en las aulas, también podemos sentirlo como algo que nos distorsiona, que nos tensiona, que nos exige... en definitiva, que nos dificulta este trabajo. Observo a mi alrededor a menudo esta tensión entre oportunidad/amenaza y reconozco que, en mi caso, no siempre me decanto por lo primero.

Por otra parte, siendo lo digital una competencia "profesional" se nutre e interacciona desde el ámbito personal, de manera que, a mi modo de ver, existe una alta correlación entre la digitalización personal y la profesional: persona tic / profesor tic. Y como consecuencia, si esta relación propicia un uso más intenso de lo digital, aparecen lo que los economistas denominan "economías de escala", es decir, que cuanto más uso hagas de ello, los "costes unitarios" son menores, por lo que cada vez nos va costando menos (en términos de tiempo, esfuerzo...) ir avanzando en el proceso de digitalización. A su vez, y siguiendo con la jerga económica, la relación coste/beneficio mejora. También tengo evidencias cotidianas de esta afirmación.

Por último, los ritmos de cambio en lo referente a las TICs (aplicaciones, conectividad, heramientas...) son relativamente muy elevadas en comparación a lo que rodea al "aprendizaje tradicional". Así que no es de extrañar que uno tenga la sensación de ir de pie en un tren de alta velocidad donde, caso de no tomar  las medidas adecuadas, la propia inercia nos empuja inexorablemente hacia los vagones de cola, con amenaza incluso de caernos del  mismo, mientras recordamos lo bien que íbamos hasta hace como quien dice sólo unos días en aquellos añorados y tranquilos viejos trenes.

En mi caso, estas tensiones dan como resultado una competencia digital general de nivel intermedio. Por concretar, creo estar más avanzado en competencias "1.0" (crear y editar contenidos digitales, filtrar y clasificar información...) que en las "2.0" (compartir en red, identidad digital, aspectos más creativos, socialización...) pero cada vez soy más consciente de la importancia que estas herramientas/metodología/instrumentos/competencias deben ir teniendo en ayudarnos a conseguir una educación mejor y más fructífera, pero también más participativa, más amena, más enriquecedora... porque se puede ir en alta velocidad sentado, tranquilo, con cinturón y disfrutando del viaje.

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