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lunes, 7 de abril de 2014

ABP/PPP: ¿más llena que vacía?

En el mooc sobre aprendizaje Basado en Proyectos (ABP)se nos pide que comparemos esta metodología frente a la enseñanza "directa" tradicional o PPP (Presentación, práctica, prueba)como ejercicio inicial que nos obligue a pensar sobre lo que puede aportarnos este cambio en nuestras prácticas como docentes.

Así que, sin demasiado bagaje teórico y con poca experiencia práctica (razones por las cuales realizo el curso) me permito apuntar las siguientes reflexiones que me surgen tras la lectura de alguna de las referencias propuestas en los recursos de ayuda. Realmente son más indicios que certezas, o quizás expectativas:

Los docentes tenemos que abandonar ya el siglo XIX y pasar al XXI:nos producirá cierto vértigo, tendremos que salir de la "zona de confort", pensaremos que "cualquier tiempo pasado...", deberemos renunciar a ciertos egos profesionales (el profe sabe más y es mejor...), etc. y no tendremos claro siempre el camino. Pero hay que moverse.

Más en concreto, las bondades que intuyo en el ABP frente al modelo PPP, son profundizar en el trabajo colaborativo (más allá de los trabajos de grupo), crear situaciones de aprendizaje relacionadas con la vida real o fácilmente trasladables a ella, aumentar la autonomía de los alumnos (me gusta hablar constructivamente de situaciones BLV: "búscate la vida") potenciar la toma de decisiones de los alumnos y ser consecuente con sus resultados, pensar que la "pelota" de la responsabilidad del aprendizaje debe pasar (al menos un poco)al tejado del alumno, que hay que reducir la importancia de las prácticas memorísticas... y finalmente, si me pongo en la piel del alumno, no sé realmente si "soportaría" (ojo al verbo, que es el que utilizan nuestros alumnos para referirse a algunas de nuestras "clases"") ya el papel de discente dentro de una clase "tradicional". Supongo que me dejo muchas cosas porque solo escribo aquellas que me han llamado más la atención.

Pero claro, también tengo dudas o zonas de sombra sobre las bondades del ABP. Algunas ellas serían: ¿cómo solucionar la presión de los contenidos proveniente de las programaciones?, ¿realmente pueden desarrollarse adecuadamente proyectos con grupos relativamente numerosos?, ¿como evitar las inercias y trabas de los alumnos en cuanto a sus reticencias al cambio? que las hay, y todo esto ¿supondrá mucho más trabajo?, ¿tendré capacidad para pasar de ser profe "tradicional" a "tutor de proyectos"?, ¿todas las experiencias llevadas a cabo han resultado positivas? ¿influye para ello la "materia" que estemos enseñando?...

En fin, para concluir no me resisto a incluir parte de un reciente mail recibido de una ex-alumna ahora en formándose para ser docente y que reflexiona en torno a las prácticas docentes que se encuentra en su período de prácticas del máster:

"Lo que vemos allí no tiene nada que ver con lo que nos meten en la cabeza en el máster, la verdad es que se enseña justo como hace unos 20 años, abrimos los libros, leemos esto y aquello, hacemos actividad 1,2 y 3 y luego corregimos. Nada de expresión propia y ya no hace falta ni mencionar que nada de pensamiento crítico o enseñar a pensar. Bastante monótono, aburrido y nada participativo. Se ve claramente que están aburridos, no prestan atención, no se concentran, no saben trabajar, no tienen ningunas herramientas de estudio ni estrategias para solucionar problemas, y además nadie se los proporciona. Se espera que se aprendan las cosas y ya está, todo el rato los profes les dicen: estudiad, no hacéis nada, tenéis que aprender esto y aquello... lo mismo de siempre. Y yo creo que no tienen que aprender cosas de memoria y además he comprobado que cuando les sugiero que piensen de una forma determinada sí son capaces de responder algo..."

Todo un aldabonazo. Así que habrá que ver la botella del ABP medio llena, al menos.

photo credit: Ana Guisado vía photopin cc

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